Una de las expectativas que rodeaba la jornada electoral de este domingo 29 de octubre era la figuración en el tarjetón electoral de los inhabilitados por decisión del Consejo Nacional Electoral, CNE, y los votos que pudieran alcanzar a pesar de esta condición.

Entre estos casos se destacaba por su protagonismo mediático el excandidato presidencial Rodolfo Hernández, quien aspiraba a la Gobernación de Santander, pero le fue revocada la inscripción por el número de sanciones disciplinarias que contaba en la Procuraduría.

Después de un largo tira y afloje sobre la singular situación con todos los casos, la Registraduría confirmó que contabilizaría esos votos, y le pasó la pelotica al CNE para que fuera ese organismo el que los declarara no válidos.

Llegó a suponerse, como con el mismo Hernández, que podría llegar a alcanzar el número suficiente para ser elegido, aunque estaba claro que no podían ser declarado vencedor dada la inhabilidad.

Pero no sucedió lo que se creía, pues finalmente ninguno de los inhabilitados encabezó el preconteo como supuesto ganador.

El mencionado Rodolfo Hernández apenas sacó en Santander un 12,09 por ciento, que le alcanzó solo para ocupar un cuarto lánguido lugar.

En ese departamento resultó elegido gobernador el general (r) Juvenal Díaz Mateus.

Un caso similar al de Rodolfo Hernández fue el de Tulio Gómez, en la gobernación del Valle del Cauca. 

Gómez se perfilaba como posible rival de la finalmente elegida gobernadora, Dilian Francisca Toro, pero no sucedió así. La ‘votación’ solo le llegó al tercer lugar.

También está el caso de Oneida Pinto, una de las primeras inhabilitadas por el CNE, aspirante a la alcaldía de Albania, La Guajira.

La candidatura de Pinto pudo conseguir el 24 por ciento de los votos, una de las más altas ‘votaciones’ de los revocados, pero no fue suficiente.

El caso que sí podría generar, discusión y posibles demandas es el de Mauricio Jaramillo,  hermano del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, candidato revocado a la Gobernación del Tolima.

Jaramillo figuraba en segundo lugar en votación, lo que lo haría merecedor de un escaño en la asamblea tolimense.

Sin embargo, por su revocatoria, esa posibilidad no la podía obtener, y pasaría entonces al tercer lugar en votación, Yully Esperanza Porras, de la U.

En ese mismo orden estaría, aunque en circunstancias diferentes, el caso de Santa Marta, donde en medio de un gran forcejeo jurídico lograron que el candidato de Fuerza Ciudadana, Jorge Luis Agudelo, apareciera en los tarjetones en reemplazo de Patricia Caicedo Omar. 

No obstante, existe una inestabilidad jurídica ya que entró por una tutela resuelta en primera instancia. 

En este caso la situación es bastante compleja, pues la diferencia entre Agudelo y Carlos Alberto Pinedo es de apenas 0,01%.